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viernes, 6 de junio de 2014

Vasilis Papakonstantinou, Xaíre (Salve, saludos).

Nuevo himno de Vasilis Papakonstantinou, un creador en tiempos de crisis.


Una pieza que sirve para resumir la situación caótica en la que se encuentra el país después de casi 6 años de crisis. Una mezcla explosiva de fina ironía, mala baba y mucho rock ‘n’ roll. Traducir literalmente del griego no es fácil; hacerlo de Vasilis, menos. Utiliza palabras propias del argot de la calle y otra las crea él, porque no existen (Mediocracia = Dictadura de los medios, por ejemplo).


Χαίρε lo traduzco libremente por “salve”, en lugar de “saludos”. “Υπουργέ” significa ministro, aunque se está dirigiendo al Primer ministro (“Πρωθυπουργέ”). La palabrotas las he traducido de forma muy light. En griego suenan muy “bestias”.


Βλασταίνει η ράτσα σου, βουίζει σαν τη μέλισσα
Λερναία Ύδρα, στον εγκέφαλο την κέντησα
Με εγχειρίδια καθήκοντος ανδρώθηκα
Λέξη δεν άρθρωσα, ποτέ δεν ξεσηκώθηκα
Ευχαριστίες σ' ολιγάρχες μιντιοπρόξενους
Δεν τις αρνήθηκα σαν κάτι αφιλόξενους
Στον καναπέ τους που τις νύχτες ξημερώνεσαι
Συντηρημένος με φορμόλη και σηκώνεσαι
Μόνο και μόνο στο κρεβάτι τους ν' απλώνεσαι

Tu raza germina, zumba como la abeja,
Hidra de Lerna, en el cerebro la clavé,
Con manuales del deber me hice hombre,
No articulé palabra, nunca me sublevé.

Agradecimientos a los medios (de comunicación) oligarcas;
No los negué como cierta gente inhospotalaria.
En su sofá, donde te desvelas por las noches,
Te levantas conservado en formol
Para tumbarte exclusivamente en su cama.

Χαίρε υπουργέ της ανεξαρτησίας
Χαίρε υπουργέ της πατριδογνωσίας
Χαίρε υπουργέ της μιντιοκρατίας
Της έννομης της βίας, της αποικιοκρατίας
Χαίρε υπουργέ των ευεργετημένων
Χαίρε υπουργέ των επιτυχημένων
Χαίρε υπουργέ των εξαθλιωμένων
Των άνεργων, των άστεγων, των αυτοκτονημένων

Salve, ministro de la independencia,
Salve, ministro de los conocimientos patrios,
Salve, ministro del Estado de los medios de comunicación (Mediocracia),
De la violencia legal, de la colonización.

Salve, ministro de los beneficiados,
Salve, ministro de los exitosos,
Salve, ministro de los desgraciados,
De los parados, de los vagabundos, de los suicidas.

Λοξά, ζερβά στων Βαλκανίων την απόφυση
Σαν σκελετοί απ' τη ντουλάπα, την απόσυρση
Ανθρωποφάγοι τραπεζίτες σου την δώρισαν
Την εξουσία απ' τα φέουδα και χώρισαν
Τον πληθυσμό απ' τη αρχόντισσα μιζάρια
Ώστε στα Μέγαρα ν' ακούει μόνον άρια
Να ξεφαντώνει, να υποκλίνεται, να σέρνεται
Να ξερογλείφει τα ψιχία, να επαίρεται
Για την αρχόντισσα μιζέρια του κι ας γδέρνεται

Inclinadamente, a la izquierda, al término de los Balcanes,
Como esqueletos del armario, del retiro.
Los banqueros antropófagos te regalaron
El poder del feudo  y separaron
La población de la soberana miseria,

De modo que en el Palacio Presidencial se oye sólo un aria.
Que festeje, que haga una reverencia, que se arrastre,
Que relama las migas, que presuma
de su soberana miseria a pesar de que se despelleja (está siendo despellejada).

Χαίρε υπουργέ των εθνικών χρωμάτων
Χαίρε υπουργέ ηρώων ασωμάτων
Χαίρε υπουργέ ηρώων αθανάτων
Γενναίε αρχιτέκτονα των ξαφνικών θανάτων
Χαίρε υπουργέ με τους ευρω-χαφιέδες
Με παρακρατικούς, στελέχη και λακέδες
Χαίρε υπουργέ σκυμμένε στις Βρυξέλλες
Υπτίως ασπαζόμενε ποδιές κατουρημένες

Salve, ministro de los colores nacionales,
Salve, ministro de los héroes sin cuerpos,
Salve, ministro de los héroes inmortales,
Valiente arquitecto de muertes repentinas.

Salve, ministro de los eurorufianes,
Con corruptos, empleados y rufianes,
Salve, ministro cabizbajo en Bruselas,
Haces lo que sea porque estás desesperado. (utiliza una expresión griega, traducción libre)

Κι αφού το πλήθος, την συνέπεια απαίτησε
Και τη στολή σου τη τζαμάτη τη χαιρέτησε
Και ζητωκραύγασε με άσθμα επιθανάτιο
Όπως ο κάθε χριστιανός τον επιτάφιο
Δες τους που ψάχνουν τη στιγμή της ανακούφισης
Παχέως έντερου του πόνου και της ούρησης
Μεγίστου θέματος και πιο μεγίστης λύσης του
Πάνω στους κύριους υπεύθυνους της κρίσης τους
Πάνω στους κύριους υπεύθυνους της κρίσης τους

Y como la gente exigió coherencia
Y saludó tu mejor uniforme
Y vitoreó con aliento previo a la muerte
Como cada cristiano en el epitafio,
  
Míralos que buscan el momento de alivio
del intestino grueso, del dolor y de la orina,
Del tema más importante y de su mayor solución,
Sobre los principales responsables de su crisis,
Sobre los principales responsables de su crisis.  

Χαίρε υπουργέ με περηφάνεια τόση
Χαίρε υπουργέ που έσωσες τη δόση
Μα έτσι κι ο τροχός γυρίσει και σε δώσει
Να ΄ξερα εσένα ρε, ποιος πούστης θα σε σώσει
Χαίρε υπουργέ στα κόκκινα χαλιά σου
Που μετανάστες έστειλες τα πιο καλά παιδιά σου
Ένα θα σου πω και τ΄άλλα χάρισμα σου
Γαμώ τα υπουργεία σου, γαμώ και τα λεφτά σου

Salve, ministro con tanto orgullo,
Salve, ministro que aseguraste la dosis (un nuevo tramo de la deuda),
Pero si la ruleta gira y te traiciona,
Me gustaría saber qué cabrón (o h. de p.) te iba a salvar.

Salve, ministro que en tu alfombra roja
Enviaste emigrantes a tus mejores hijos.
Una cosa te voy a decir y lo demás sobra:

Me cago en tus ministerios, me cago en tu dinero. (o que j. a tus ministerios y a tu dinero).


Damas de la canción griega (Vol. I).


(Al tratarse de una elección personal, habrá lectores que no coincidan conmigo. Sin embargo, estoy seguro de que varios de los nombres serán del agrado de todos).

La música en Grecia es sinónimo de cultura. Al músico se le respeta y el público sabe escuchar. Evidentemente, no todos los artistas son buenos, pero me atrevería a decir que el nivel medio de calidad es notable.

Aunque hay jóvenes cantantes que se ganan más o menos bien la vida, no llenan el escenario como las grandes damas. Las señoras de la canción inundan los teatro con su sola presencia.


Probablemente sea Haris Alexiou (Χάρις Αλεξίου, 63 años) la que mejor represente el tipo de dama del que hablamos. Desprende señorío, templanza y mucha torería. Es elegante, noble y un punto chulapa. En cada actuación demuestra que no hay que gritar para llegar. Y es que Haroula no canta, interpreta. Siente cada frase y sufre cada nota.


Es la Reina del laikó o canción popular griega y, aunque no está en su mejor momento, escucharla sigue siendo un placer. Puede gustar más o menos, pero en Grecia todos la respetan y la admiran.

La voz de Eleftheria Arvanitaki (Ελευθερία Αρβανιτάκι, 56 años) parece flotar en el aire. En algunas canciones creeréis estar escuchando a un ángel. Si Alexiou es la Reina, probablemente Arvanitaki sea la Princesa.


Llama la atención su amplio y variado repertorio, que va desde el laikó más puro hasta el pop, pasando por tonadas más orientales y adaptaciones que os sorprenderán. Su voz encaja perfectamente con los ritmos del desierto egipcio, las danzas armenias y los sonidos de Esmirna.

Arvanitaki es tan reconocida en el exterior como Haris Alexiou, o incluso más. Sus giras tienen mucho éxito en el extranjero, donde suele ir acompañada de una banda de músicos extraordinaria.

Da gusto ver como una reina y una princesa asumen el éxito con tanta naturalidad. Me encanta la sencillez con la que interpretan, visten y hablan. Aunque no suelen pródigarse en la televisión y casi nunca hacen declaraciones, se las escucha.


Otra de las mejores voces femeninas del país es la de Glykeria (Glykeria Kotsoula, Γλυκερία Κωτσούλα, 60 años), una de mis favoritas. Quizás no sea de las más conocidas fuera de Grecia, pero también canta como los ángeles. Cumple con el perfil sencillo y señorial de las damas citadas.


Un ligero carraspeo la hace inconfundible. Destacaría sus interpretaciones de canciones tradicionales orientales y folclóricas de regiones de Grecia. Sus tsiftetelis levantan pasiones, porque canta con un punto de picardía inigualable e inimitable.

Alkistis Protopsaltis (Alkistis Sebasti Attikiouzel) (‘Αλκηστις Πρωτοψάλτη, Άλκηστις Σεβαστή Αττικιουζέλ, 59 años, nacida en Alejandria, Egipto) es otra de las grandes. Como las anteriores, canta con un gusto maravilloso. A parte de interpretar piezas que pertenecen al laikó más clásico, en su repertorio encontramos temas modernos que nos acercan al pop.


A sus melodías muchas veces sólo les acompaña un piano, una guitarra o un bouzouki. No hace falta más. Su voz suena agradable y dulce a nuestros oídos. Domina las baladas como nadie aunque también puede hacernos bailar. Otra voz limpia, huérfana de artificios, que suena libre.


Reconozco que a Marinella (Μαρινέλλα) (Kyriaki Papadopoulou, Κυριακή Παπαδοπούλου, 75 años) no la he escuchado demasiado a pesar de ser una de las artistas más veteranas. Sigue llenando teatros. Lleva una vida entera sobre los escenarios y fue pareja artística y sentimental del gran Stelios Kazantzidis. Es eterna. Sus apariciones cautivan y sus palabras emocionan. Marinella es una artista como la copa de un pino, que además de obsequiarnos con su voz, actúa.



Es la voz femenina de la época de los bouzoukis y de los grandes cafés, cuando se fumaba y se rompían platos. Ver uno de sus musicales es como retroceder en el tiempo. Cincuenta años de música hechos canción. Marinella es la tradición adaptada a los nuevos tiempos. Quizás perdió potencia con los años, pero ganó dulzura, técnica y clase. Una gran dama que ha sabido evolucionar sin dejar de ser ella.


Quizás de las grandes damas sea Eleni Vitali (Ελένη Βιτάλη) (Eleni Labida, Ελένη Λαβίδα, 59 años) la más “diferente”. Canta con un estilo muy personal, sentido y profundo, que llega a estremecer. Diría que interpreta con cierto desprecio, a veces como si recitase en lugar de cantar.



Pone voz a ritmos isleños y de Asia Menor maravillosamente y su timbre es inconfundible. Oyes una frase y la reconoces. Prefiere piezas más tradicionales acompañadas de laúdes, flautas, bouzoukis y sandouris